Los privilegios migratorios de los que gozaban los cubanos que llegaban a Estados Unidos se han ido esfumando en los últimos años, especialmente durante la administración del expresidente Donald Trump. Aquella política conocida como "pies secos, pies mojados", que permitía a los cubanos obtener la residencia permanente casi de manera automática al pisar suelo estadounidense, fue derogada en 2017.
Esta medida, sumada a otras acciones del gobierno de Trump, ha significado un duro golpe para la comunidad cubana en Miami y otras ciudades del país. Muchos de ellos han pasado de sentir que contaban con un "privilegio" migratorio a enfrentarse a la incertidumbre y, en algunos casos, la persecución.
La "política de pies secos, pies mojados" se remontaba a 1995, cuando el entonces presidente Bill Clinton la implementó. Esta normativa establecía que los cubanos que lograran llegar a territorio estadounidense, ya sea por vía marítima o terrestre, podían tramitar su residencia permanente casi de manera automática, a diferencia de inmigrantes de otras nacionalidades.
Este trato preferencial respondía a la histórica tensión política entre Estados Unidos y Cuba, así como al flujo constante de cubanos que buscaban huir del régimen castrista. Sin embargo, a medida que las relaciones entre ambos países se fueron normalizando durante la administración de Barack Obama, los privilegios migratorios de los cubanos también comenzaron a desdibujarse.
Fue durante el gobierno de Trump cuando se dio el golpe final. En enero de 2017, apenas días antes de dejar el cargo, Obama puso fin a la política de "pies secos, pies mojados". A partir de ese momento, los cubanos que llegaran a Estados Unidos serían tratados como cualquier otro inmigrante, sujetos a las mismas reglas y procesos de solicitud de residencia.
Pero las medidas de Trump no se detuvieron ahí. El exmandatario también endurecio los requisitos para obtener asilo político, una vía que muchos cubanos habían utilizado para quedarse en el país. Además, impulsó deportaciones y redadas que afectaron particularmente a la comunidad cubana.
"Hoy en día, los cubanos en Estados Unidos ya no cuentan con ese 'privilegio' migratorio. Ahora están en la misma situación que cualquier otro inmigrante, lo que genera mucha incertidumbre y temor", explica Ramón Saúl Sánchez, activista y líder de la comunidad cubana en Miami.
Sánchez agrega que, si bien los cubanos siguen teniendo algunas ventajas migratorias, como la posibilidad de obtener la residencia permanente tras un año de haber pisado suelo estadounidense, esos beneficios se han visto severamente recortados.
La pérdida de estos privilegios migratorios ha tenido un fuerte impacto en la vida de miles de cubanos en Estados Unidos. Muchos han visto truncados sus planes de reunificación familiar, mientras que otros enfrentan el riesgo de ser deportados.
"Antes era mucho más fácil. Ahora tenemos que pasar por todo el proceso, con todas las incertidumbres y obstáculos que eso conlleva. Es una situación muy difícil", lamenta Marta, una cubana que llegó a Miami hace una década.
La comunidad cubana en Estados Unidos sigue siendo una de las más numerosas y activas del país. Según datos oficiales, hay alrededor de 1,3 millones de personas de origen cubano viviendo en el territorio estadounidense, la mayoría de ellos en Florida.
Sin embargo, el fin de los privilegios migratorios ha generado una sensación de vulnerabilidad e incertidumbre entre estos inmigrantes, quienes temen enfrentar mayores dificultades y obstáculos para poder quedarse en el país que los acogió durante décadas.
