El 31 de diciembre de 2025, el gobierno de Estados Unidos reveló su nueva Estrategia Nacional de Seguridad, que incluye un fortalecimiento de la Doctrina Monroe para asegurar su preeminencia en el hemisferio occidental. Esta doctrina, establecida en 1823 por el presidente James Monroe, afirma la protección unilateral de Estados Unidos sobre América Latina, con el objetivo de evitar la influencia de potencias europeas en la región.
Según el documento, la nueva estrategia busca detener la migración ilegal, frenar los flujos de drogas, favorecer la manufactura cercana (nearshoring) y desarrollar las economías privadas de los países socios. Esto implica reconsiderar la presencia militar estadounidense en la región y, en caso necesario, utilizar la fuerza letal para derrotar a los carteles.
La política y diplomacia de Estados Unidos buscan fortalecer las economías internas de los países de la región, haciéndolas más atractivas para el comercio y la inversión estadounidense. Dado que el hemisferio occidental alberga muchos recursos estratégicos, Estados Unidos quiere asociarse con aliados para dificultar que competidores no hemisféricos, como China, tengan influencia en la región.
Según el analista José Alejandro Arévalo, esta nueva estrategia implica una "enorme asimetría" entre Estados Unidos y los países de América Latina. Por lo tanto, estos últimos deben "actuar con sabiduría e inteligencia" para velar por sus intereses estratégicos y aprovechar las oportunidades que se les presentan, convirtiendo sus debilidades en fortalezas.
La renovación de la Doctrina Monroe por parte de Estados Unidos refleja su determinación por mantener su dominio sobre América Latina, en un contexto de creciente competencia geopolítica en la región. Los países latinoamericanos deberán navegar con cautela esta nueva realidad, buscando equilibrar sus relaciones con Washington y otros actores globales.











