Desde el 1 de enero de 2026, entra en vigencia el nuevo pliego tarifario eléctrico en Panamá, lo que significa el fin del Fondo de Estabilización Tarifaria (FET) adicional que había sido implementado para amortiguar el impacto del alza de precios. Esto tendrá consecuencias mixtas para los consumidores.
Según datos de la empresa distribuidora ENSA, el 71.5% de sus clientes no verán aumentos en sus facturas durante el primer semestre del próximo año. Esto abarca a los hogares que consumen hasta 300 kilovatios hora, quienes aún se mantienen cubiertos por el FET ordinario.
Sin embargo, para aquellos que superan ese nivel de consumo, la situación será diferente. Los clientes que no reciben el FET ordinario enfrentarán un ajuste promedio de 2.74% en sus facturas eléctricas. Si bien esta cifra no es pareja y varía según la tarifa y el nivel de consumo, representa un impacto palpable para muchos usuarios.
La suspensión tarifaria implementada en 2024 obligó a ENSA a cobrar con una tarifa desactualizada, lo que fue acumulando costos. Para evitar que este peso recayera de golpe sobre los consumidores, el Gobierno implementó el FET adicional entre julio y diciembre de 2025. Ahora, con la finalización de este subsidio temporal, esos costos deberán ser asumidos por los usuarios.
ENSA atiende a 548,535 clientes, la mayoría de ellos ubicados en la provincia de Panamá, específicamente en el área metropolitana. Por lo tanto, este cambio en la estructura tarifaria no es un tema técnico o lejano, sino que impactará directamente en el bolsillo de miles de panameños.
Ante esta situación, las autoridades y la empresa distribuidora hacen un llamado a los consumidores a tomar medidas para reducir el consumo eléctrico y evitar pasar la línea de los 300 kilovatios hora, ya que esto marcará una diferencia significativa en el monto de las facturas.












