En 2025, el número de misioneros y misioneras asesinados en todo el mundo aumentó a 17, cuatro de ellos en el continente americano, según el informe anual de la agencia vaticana Fides.
El continente más peligroso para estos operadores católicos fue una vez más África, donde se registraron 10 asesinatos. Nigeria fue el país más letal, con cinco seminaristas y sacerdotes secuestrados y asesinados en diferentes contextos violentos. Otros países africanos donde hubo víctimas fueron Burkina Faso, Kenia, Sierra Leona y Sudán.
En América, dos religiosas fueron asesinadas en Haití por bandas armadas, mientras que en México se encontró el cuerpo sin vida de un sacerdote. También hubo un caso en Estados Unidos, donde un párroco fue tiroteado en su residencia.
En Europa, un sacerdote polaco fue encontrado estrangulado en su domicilio. Mientras que en Asia, murieron dos misioneros: un sacerdote birmano en el marco de la guerra civil de su país y un laico filipino por arma de fuego.
Si bien estas cifras representan uno de los niveles más bajos de los últimos tiempos, marcan un repunte respecto a los 13 asesinatos registrados en 2024. Desde el año 2000, la agencia Fides ha contabilizado 626 misioneros asesinados en todo el mundo.
Estos informes anuales reflejan la peligrosa realidad que enfrentan muchos operadores católicos que arriesgan sus vidas para llevar a cabo su labor evangelizadora en diversas partes del mundo, especialmente en aquellas regiones marcadas por la violencia y la inestabilidad.












