El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció ayer un aumento histórico del 23,7% para el salario mínimo en 2026, el mayor incremento de este siglo en el país. Esta decisión, que busca mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, ha generado debate entre economistas que advierten sobre posibles impactos negativos en la inflación, la informalidad y el costo de vida.
El incremento del salario mínimo, que pasará de 1 millón 160 mil pesos colombianos (aproximadamente 290 dólares) a 1 millón 435 mil pesos (360 dólares) en 2026, es parte de las propuestas económicas del gobierno de Petro. El mandatario ha señalado que este aumento histórico permitirá a los trabajadores colombianos tener un mejor nivel de vida y reducir la brecha de desigualdad.
Sin embargo, algunos economistas han expresado su preocupación por los potenciales efectos adversos de esta medida. Temen que el alza del salario mínimo pueda impulsar la inflación, que ya se encuentra en niveles elevados en Colombia, y generar un aumento en los costos de producción que se trasladen a los consumidores. Asimismo, advierten que el incremento podría incentivar la informalidad laboral, ya que algunas empresas podrían optar por contratar trabajadores sin las protecciones y beneficios del salario mínimo.
"Un aumento tan significativo del salario mínimo en un contexto de alta inflación y debilidad económica puede tener consecuencias negativas en el mercado laboral y en la competitividad de las empresas", señaló el economista Alejandro Reyes, de la Universidad de los Andes.
Pese a estas preocupaciones, el gobierno de Petro mantiene su posición de que el incremento del salario mínimo es una medida necesaria para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y reducir la desigualdad en el país. Argumentan que, si bien puede haber algunos efectos adversos en el corto plazo, a largo plazo el aumento del poder adquisitivo de los trabajadores impulsará el consumo y el crecimiento económico.
El anuncio del presidente Petro se enmarca en su plan de transformación económica y social, que también incluye la reforma tributaria, la transición energética y la lucha contra la corrupción. Estas medidas han generado un intenso debate en Colombia, donde se espera que el impacto del aumento del salario mínimo se haga sentir en los próximos años.












