El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que fuerzas estadounidenses llevaron a cabo un ataque contra una instalación vinculada al narcotráfico en Venezuela. Según explicó, el objetivo fue una zona portuaria utilizada para la carga de embarcaciones con drogas, en lo que podría marcar un punto de inflexión en la estrategia de Washington contra los cárteles que operan bajo el amparo del régimen chavista.
Durante una reunión en Florida con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, Trump sostuvo que "hubo una gran explosión en la zona del muelle donde cargan los barcos con drogas". En ese sentido, afirmó que la ofensiva apuntó tanto contra embarcaciones como contra la infraestructura clave utilizada para el tráfico ilegal. "Esa zona de implementación ya no existe", remarcó el mandatario, con su estilo directo y sin eufemismos.
El presidente estadounidense no precisó qué organismo ejecutó la operación ni brindó detalles técnicos sobre el ataque. Sin embargo, recordó que en oportunidades anteriores autorizó a la CIA a llevar adelante operaciones encubiertas en Venezuela. Tanto la Casa Blanca como el Pentágono evitaron hacer comentarios oficiales, manteniendo el habitual hermetismo en este tipo de acciones.
Días antes, Trump ya había deslizado información similar durante una entrevista radial en Estados Unidos, donde mencionó que su país había atacado "una gran instalación" en Sudamérica, sin identificar entonces el lugar exacto. En esa conversación, también aseguró que Estados Unidos viene atacando barcos sospechosos de transportar drogas en el Caribe y el Pacífico oriental, operaciones que según sus propios datos dejaron al menos 105 muertos en 29 intervenciones desde septiembre.
En los últimos meses, Trump había advertido que Estados Unidos podría pasar de interceptar embarcaciones en altamar a realizar operaciones terrestres contra instalaciones narco en Venezuela u otros países de la región. En octubre, incluso, confirmó públicamente la autorización para operaciones encubiertas, anticipando un endurecimiento de la ofensiva.
La administración estadounidense sostiene que se encuentra en un conflicto armado contra los cárteles de drogas y que el régimen de Nicolás Maduro funciona como un engranaje central de ese entramado criminal. En ese marco, Washington desplegó buques de guerra, incrementó la presencia militar regional e incluso incautó petroleros vinculados a Caracas.












