En una jornada de pesca poco común, pescadores de la comunidad garífuna de Corozal, en Honduras, capturaron un ejemplar juvenil de tiburón tigre en aguas cercanas a la costa del Caribe. El hecho, que ocurrió el pasado 29 de diciembre, ha generado gran interés y debate en las redes sociales sobre la protección de la fauna marina y las prácticas de subsistencia de las comunidades costeras.
Según los reportes, el tiburón medía aproximadamente un metro y medio de largo, lo que indica que se trataba de un espécimen joven. La presencia de este tipo de tiburón tan cerca de la franja costera no es frecuente, por lo que el suceso llamó la atención de los pobladores y visitantes de la aldea turística de Corozal.
Una vez que el tiburón fue llevado a la orilla, varias personas se congregaron para observarlo. El hecho quedó documentado con fotografías y videos que rápidamente comenzaron a circular en las redes sociales, despertando curiosidad y sorpresa entre los usuarios.
Según las versiones difundidas por medios locales y testimonios de la comunidad, el tiburón fue limpiado y luego fileteado, siendo preparado para el consumo entre los habitantes del sector. Esta práctica de aprovechamiento del mar es una tradición histórica de las comunidades garífunas del litoral atlántico hondureño.
Sin embargo, el incidente ha generado un amplio debate digital, con algunos usuarios expresando preocupación por la protección de la fauna marina y recordando la existencia de regulaciones ambientales relacionadas con la captura de tiburones. Otros, en cambio, han señalado el contexto de pesca artesanal y subsistencia de las comunidades costeras.
Este hecho inusual en la costa norte de Honduras ha puesto de manifiesto la compleja relación entre las actividades de pesca tradicionales y la conservación de la biodiversidad marina. Mientras que las comunidades locales dependen de los recursos del mar para su sustento, es importante encontrar un equilibrio que permita preservar las especies amenazadas y promover prácticas de pesca sostenibles.
