Doña Luisa Urbina, una mujer de 54 años residente de Dos Cercas de Desamparados, encontró en la venta de tamales la solución que necesitaba para llevar el sustento a su hogar. Tras quedarse sin empleo, sus hijos la animaron a dedicarse a la elaboración y venta de este tradicional platillo costarricense, y el éxito no se hizo esperar.
Doña Luisa cuenta que desde pequeña veía a sus padres hacer tamales, pero no fue hasta hace un año que se animó a cocinarlos ella misma. "Me quedé sin trabajo y fue ahí cuando mis hijos me dijeron que me pusiera a hacer tamales porque me quedaban sabrosísimos y va a ver que sí los vendo", relata.
La primera vez que Doña Luisa se lanzó a la venta de tamales hizo 18 unidades, entre de pollo y de res, y no le quedó ni uno. "La siguiente tanta aumenté a 30 piñas y también se fueron todas, también me hicieron falta. Así arranqué y fue como me convencí que podía hacer tamales muy ricos para la venta porque necesitaba urgentemente un ingreso", comenta.
Uno de los secretos que Doña Luisa comparte es que ella pone la carne de pollo o cerdo cruda en el tamal y así amarra las piñas. "No le diga a nadie (dice entre risas), pero el secreto de poner la carne cruda es que cuando usted está cocinando el tamal la carne va soltando su caldito y deja la masa supersabrosa, sobre todo porque la masa también ya va arreglada con buen caldo. Es doble sabor", explica.
Además, Doña Luisa destaca que la masa la prepara con buen condimento Maggi, papas y caldo de cerdo o pollo, dependiendo de los tamales que vaya a hacer. "Aprendí que la carne va cruda cuando ya se alista el tamal y creo que aprendí bien porque me quedan bien ricos. Esa forma de hacerlos no la cambio porque estoy segura que si lo hago la gente notará la diferencia", reconoce.
La hija de Doña Luisa, Fiorella Arauz, también está aprendiendo a hacer tamales y asegura que el secreto del éxito de los tamales de su madre es el amor. "Cada tamal que hago lleva mucho amor, así aprendí de mis papás. Uno puede ponerle los mejores ingredientes y los más caros a un tamal, pero si no les pone amor, no saben ricos", afirma Doña Luisa.
Gracias a la venta de sus deliciosos tamales, Doña Luisa ha logrado llevar el sustento a su hogar y ha encontrado en este emprendimiento la salvación económica que tanto necesitaba.












