Dos estudios recientes han analizado el impacto de cerrar o no la tapa del inodoro al tirar de la cadena, llegando a conclusiones diferentes sobre la propagación de gérmenes y patógenos. Mientras una investigación reveló riesgos significativos al dejar la tapa abierta, otro estudio cuestionó la efectividad de cerrarla.
La primera investigación, publicada en la revista Scientific Reports, fue realizada por científicos de la Universidad de Colorado Boulder en Estados Unidos. Utilizando láseres verdes brillantes, descubrieron que la descarga con la tapa abierta libera una nube de partículas que se eleva más de 1,5 metros por encima del asiento del inodoro. Estas "plumas de aerosol" contienen bacterias y patógenos peligrosos como E. coli, norovirus e incluso coronavirus.
"Las bacterias pueden permanecer en el aire del baño durante horas, contaminando objetos como cepillos de dientes y maquillaje", advirtió el infectólogo brasileño Roberto Martins Figueiredo. Las partículas se desplazan a 2 metros por segundo y alcanzan rápidamente 1,5 metros de altura, posibilitando que las más pequeñas lleguen a los pulmones.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Arizona liderado por la investigadora Stephanie Boone concluyó que cerrar la tapa no hace una diferencia significativa en la contaminación del ambiente. Utilizando bacterias E. coli y el colífago MS2, descubrieron que la contaminación en el asiento era baja, independientemente de si la tapa estaba cerrada o abierta.
La principal diferencia observada fue que, con la tapa cerrada, la nube de partículas se dirigía hacia el suelo en lugar de elevarse. Los investigadores recomendaron el uso de desinfectantes y la limpieza constante del inodoro como medidas más efectivas para reducir la contaminación, especialmente en hogares con personas inmunocomprometidas.
Estos estudios muestran que, si bien cerrar la tapa puede evitar la dispersión vertical de partículas, no es una solución definitiva para prevenir la propagación de gérmenes en el baño. La higiene y desinfección adecuadas siguen siendo cruciales para mantener un entorno saludable.
