Las intensas lluvias que azotaron la provincia de Corrientes en las últimas horas han provocado graves inundaciones, obligando a la evacuación de al menos 413 vecinos. Las autoridades mantienen un monitoreo constante de la crecida de los ríos Uruguay y Paraná, mientras que las familias damnificadas han sido alojadas en gimnasios municipales y establecimientos educativos acondicionados como centros de evacuación.
Según los reportes oficiales, la caída de aproximadamente 300 milímetros de lluvia provocó el colapso de los desag es pluviales, la saturación del suelo y extensas anegaciones en diversas zonas de la provincia. Como consecuencia, se han registrado cortes en el suministro eléctrico y complicaciones en el transporte.
Personal de Defensa Civil, Bomberos y fuerzas policiales de las distintas localidades han desplegado operativos de asistencia, con el traslado de víveres, agua potable y materiales de primera necesidad hacia los albergues. Además, se han realizado tareas de seguridad ciudadana, junto con acciones de prevención y seguridad vial en los sectores más afectados.
Las autoridades continúan evaluando los daños y haciendo un seguimiento de la evolución climática en la región. La situación de emergencia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la infraestructura local ante eventos climáticos extremos, lo que plantea la necesidad de reforzar las medidas de prevención y respuesta ante este tipo de situaciones.
La evacuación masiva y los cortes de servicios básicos han generado un escenario de crisis que requiere una atención urgente por parte de las autoridades provinciales y nacionales. Los esfuerzos de asistencia y recuperación serán fundamentales para mitigar los impactos de estas inundaciones en la vida de los habitantes de Corrientes.












