La reaparición de los nombres de los hermanos López Beltrán, hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), volvió a colocar en el debate público posibles conflictos de interés vinculados a dos de los principales proyectos de infraestructura del sexenio pasado: el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Según investigaciones de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), Andrés Manuel y Gonzalo López Beltrán, hijos del ex presidente, habrían intervenido en favor de personas cercanas para la obtención de contratos relacionados con estas obras emblemáticas.
Uno de los señalados es el empresario Jorge Amílcar Olán, quien habría resultado beneficiado con contratos para el suministro de medicamentos y de balastro, material clave para la construcción de vías ferroviarias en el proyecto del Tren Maya.
En un audio atribuido a una conversación entre Amílcar Olán y Pedro Salazar Beltrán, primo de los hijos del ex mandatario, se menciona el pago de "mochadas" a un laboratorio cada determinado volumen de material, a cambio de emitir dictámenes favorables. Incluso, se comenta sobre posibles consecuencias futuras en caso de fallas estructurales en el proyecto ferroviario.
Tras la difusión de estos señalamientos, el entonces presidente López Obrador salió públicamente en defensa de sus hijos y negó que existieran conflictos de interés o actos de corrupción relacionados con su participación indirecta en las obras federales.
No obstante, el ex mandatario reconoció que su hijo Gonzalo López Beltrán desempeñó un cargo honorífico como supervisor del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, aunque aseguró que no recibía salario ni formaba parte formal del gobierno.
En declaraciones realizadas durante una conferencia matutina, López Obrador afirmó que su hijo se mantuvo al tanto del avance de las obras, particularmente en temas de infraestructura ferroviaria y marítima, como el tendido de vías y la construcción del rompeolas en el puerto de Salina Cruz, con apoyo de la Marina.
Estos señalamientos se producen en un momento en que el Tren Maya y el Corredor Interoceánico enfrentan diversos desafíos, como el reciente descarrilamiento del Tren Transístmico en Oaxaca, que dejó 13 muertos y 98 heridos.
Las autoridades federales han abierto una investigación para determinar las causas de este trágico incidente, que ocurre en una infraestructura ferroviaria que busca dinamizar la economía regional y competir con rutas logísticas globales.











