Según el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, las fuerzas ucranianas intentaron atacar anoche con 91 drones de largo alcance la residencia del presidente Vladimir Putin en la región de Nóvgorod. Lavrov aseguró que todos los drones fueron destruidos y no hubo víctimas ni daños, pero advirtió que Rusia revisará su postura en las negociaciones con Estados Unidos para resolver el conflicto ucraniano.
El ataque se habría producido durante "intensas negociaciones" entre Rusia y Estados Unidos sobre la crisis en Ucrania. Lavrov afirmó que, dada la "completa degeneración del régimen criminal de Kiev", Rusia "reconsiderará sus posiciones negociadoras" y que las acciones de Ucrania "no se quedarán impunes".
Por su parte, el viceministro de Exteriores ruso, Alexandr Grushkó, acusó a las autoridades ucranianas de cometer "provocaciones" para intentar frustrar las negociaciones de paz, cuando el proceso entra en una "delicada fase de búsqueda de soluciones".
Este nuevo incidente se produce en un momento de máxima tensión entre Rusia y Ucrania, con ambos bandos intercambiando acusaciones y ataques. La escalada del conflicto pone en riesgo los esfuerzos diplomáticos para encontrar una salida negociada a la guerra.
Expertos advierten que el intento de ataque a la residencia de Putin, si se confirma, podría marcar un punto de no retorno en las negociaciones y provocar una respuesta militar aún más contundente de Rusia. La situación sigue siendo extremadamente volátil y cualquier nuevo incidente podría tener graves consecuencias para la estabilidad regional y global.
