Más de 70 millones de personas en Estados Unidos se encuentran bajo alerta climática invernal debido a la llegada de intensas tormentas y un marcado descenso de las temperaturas. Esta ola de frío polar está afectando a gran parte del país, obligando a las autoridades a tomar medidas de prevención para proteger a la población.
Las regiones más afectadas son el noreste, el centro y el sur de Estados Unidos, donde se han registrado temperaturas bajo cero y nevadas intensas. Ciudades como Nueva York, Chicago y Dallas han visto cómo el termómetro ha descendido varios grados por debajo de lo habitual, lo que ha provocado el cierre de escuelas, carreteras y aeropuertos.
Para hacer frente a esta situación, los gobiernos estatales y locales han activado planes de emergencia. Se han abierto refugios para personas sin hogar, se han distribuido mantas y ropa de abrigo, y se ha pedido a la población que evite salir de sus casas a menos que sea estrictamente necesario.
Los expertos meteorológicos advierten que esta ola de frío polar podría prolongarse durante varios días, lo que podría tener un impacto significativo en la vida cotidiana de millones de estadounidenses. Además, el riesgo de cortes de energía y problemas en el suministro de agua también es elevado, lo que podría agravar aún más la situación.
Las autoridades han hecho un llamamiento a la población para que siga las recomendaciones de seguridad y se mantenga informada sobre la evolución de la situación a través de los canales oficiales. Asimismo, han pedido a los ciudadanos que ayuden a los más vulnerables, como personas mayores o con problemas de salud, a hacer frente a estas condiciones climáticas extremas.












