El descarrilamiento de uno de los proyectos insignia de la transformación de la 4T, el Tren Transístmico, en Oaxaca ha dejado un saldo preliminar de 13 muertos y 36 heridos. Este incidente se produce en un momento clave para el Corredor Interoceánico, una de las obras emblemáticas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El accidente ocurrió en la zona del Istmo de Tehuantepec, donde se ubica una de las estaciones clave del Tren Transístmico. Según los primeros reportes, el tren descarriló por causas aún no esclarecidas, lo que provocó la tragedia.
Las autoridades han informado que se encuentran investigando las causas del siniestro y brindando atención a las víctimas. El Tren Transístmico es un proyecto que ha sido ampliamente promocionado por el gobierno federal como parte de su plan de desarrollo en el sur del país, pero este accidente sin duda supone un duro golpe a su imagen.
El Corredor Interoceánico, del cual forma parte el Tren Transístmico, es una de las obras más ambiciosas de la administración de AMLO. Se trata de un proyecto que busca conectar los océanos Pacífico y Atlántico a través del Istmo de Tehuantepec, con el objetivo de impulsar el desarrollo económico de la región.
Sin embargo, el descarrilamiento del tren en Oaxaca ha puesto en evidencia los desafíos y riesgos que enfrenta esta obra. Las autoridades deberán ahora centrarse en esclarecer las causas del accidente, brindar asistencia a las víctimas y garantizar la seguridad de los futuros usuarios del Tren Transístmico.
Este incidente sin duda generará un impacto significativo, tanto a nivel político como social y económico. El gobierno federal deberá hacer frente a las críticas y cuestionamientos que seguramente surgirán en torno a la seguridad y la gestión de este proyecto emblemático.











