El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo de Ucrania, Volodímir Zelenski, se reunieron este domingo en Mar-a-Lago durante más de tres horas, proyectando avances hacia un acuerdo de paz en Ucrania, aunque no lograron cerrarlo debido a "cuestiones espinosas" que aún deben resolverse.
La reunión, considerada histórica, se produjo en un momento crítico del conflicto ucraniano, que cumple ya más de ocho años de duración. Ambos mandatarios analizaron en profundidad la situación sobre el terreno y exploraron posibles vías para alcanzar un cese al fuego permanente entre las fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos.
Según fuentes cercanas a las negociaciones, Trump y Zelenski lograron importantes avances en aspectos clave, como el intercambio de prisioneros, la retirada gradual de tropas de las líneas de contacto y la apertura de nuevos corredores humanitarios. Sin embargo, persisten desacuerdos en torno al futuro estatus político de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, así como la cuestión de la soberanía territorial de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
"Hubo un diálogo constructivo y de buena fe entre ambos líderes. Se hicieron progresos significativos, pero todavía quedan asuntos espinosos que requieren más tiempo y negociación", declaró un alto funcionario de la Casa Blanca al término de la reunión.
Tanto Trump como Zelenski se mostraron optimistas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo de paz en las próximas semanas, si bien reconocieron que el camino aún es largo y complejo. Ambos mandatarios se comprometieron a mantener un contacto estrecho y a impulsar una solución diplomática que ponga fin al conflicto ucraniano, uno de los focos de tensión geopolítica más graves en Europa desde el fin de la Guerra Fría.











