En un hecho estremecedor, un hombre de 43 años identificado con las iniciales D.A. asesinó a nueve personas, entre ellas cinco niños, en Paramaribo, Surinam, el pasado sábado por la noche. Según informó la policía, el agresor, que padecía trastornos mentales, mató a cuatro de sus propios hijos, de entre 5 y 15 años, y a otros cinco residentes del barrio de Richelieu que intentaron intervenir.
Tras el ataque, el hombre fue detenido y recibió disparos en las piernas. Fue trasladado al hospital y luego a la cárcel, donde se suicidó el lunes por la mañana, ahorcándose en su celda.
La oficina de la presidenta de Surinam, Jennifer Geerlings-Simons, emitió un comunicado oficial expresando su profundo pesar por "la trágica pérdida de vidas, entre las que había niños".
Este terrible suceso ha conmocionado a la sociedad surinamesa, que se encuentra en shock y de luto por la violenta y devastadora pérdida de vidas inocentes. Las autoridades han abierto una investigación para esclarecer los motivos que llevaron a este hombre a cometer tan horroroso crimen.
Expertos en salud mental y seguridad ciudadana han señalado la urgente necesidad de reforzar los sistemas de apoyo y atención a personas con problemas de salud mental, así como de fortalecer las medidas de prevención y respuesta ante situaciones de violencia extrema.
La tragedia de Paramaribo ha puesto de manifiesto la fragilidad de la vida y la importancia de construir comunidades más seguras y solidarias, donde se priorice el bienestar y la protección de todos, especialmente de los más vulnerables.










