Las cartas a Quito publicadas este lunes 29 de diciembre de 2025 revelan una creciente tensión política en Ecuador. Estos documentos, cuyo contenido ha sido filtrado a la prensa, muestran un panorama preocupante de polarización y falta de diálogo entre los principales actores políticos del país.
Si bien el texto completo de las cartas no ha sido difundido, los fragmentos publicados dan cuenta de un ambiente enrarecido en la capital ecuatoriana. Líderes de diversos sectores, desde el gobierno hasta la oposición, expresan en estos documentos su profundo desacuerdo y, en algunos casos, abierta confrontación.
Una de las cartas más reveladoras proviene del despacho del presidente en funciones. En ella, el mandatario arremete contra ciertos grupos opositores a los que acusa de "obstruir el proceso democrático" y de "anteponer sus intereses particulares al bienestar del pueblo". El tono utilizado dista mucho del llamado al diálogo y la concordia que se esperaría en este tipo de comunicaciones oficiales.
Por su parte, representantes de partidos políticos de oposición responden con igual dureza, denunciando "abusos de poder" y "falta de voluntad para alcanzar acuerdos". Algunos incluso llegan a insinuar la posibilidad de movilizaciones masivas si no se atienden sus demandas.
Analistas políticos consultados por este medio coinciden en que el intercambio de cartas refleja una profunda crisis institucional en Ecuador. "Estamos ante un escenario de alta tensión, donde parecen primar los intereses partidistas por sobre el bienestar nacional", afirma el politólogo Ernesto Gómez.
La situación se torna aún más preocupante si se considera el contexto económico y social que atraviesa el país. La pandemia de COVID-19, sumada a la caída de los precios del petróleo, ha golpeado duramente a la economía ecuatoriana, generando altos niveles de desempleo y pobreza. En este escenario, la falta de unidad política podría agravar aún más la crisis.
Ante este panorama, diversos sectores de la sociedad civil han hecho un llamado urgente a los líderes políticos para que depongan sus diferencias y trabajen en conjunto por el bien del país. Sin embargo, por ahora, las cartas a Quito parecen indicar que el diálogo y la concertación están lejos de ser una realidad en Ecuador.











