Edison David Farinango Tontaquimba, un ciudadano de la comunidad de San Ignacio en Cotacachi, Ecuador, falleció el pasado 27 de diciembre a causa de las graves lesiones sufridas durante las jornadas del Paro Nacional que sacudieron al país andino en octubre y noviembre.
Farinango, de 27 años, recibió dos impactos de artefactos explosivos, uno en una de sus piernas y otro en la espalda a la altura de los riñones, durante las manifestaciones. Tras ser atendido en un centro de salud de Quito, fue internado en el Hospital Eugenio Espejo, donde permaneció cerca de dos meses bajo observación médica.
Lamentablemente, las lesiones comprometieron el funcionamiento renal de Farinango y agravaron un cuadro hepático preexistente, ocasionando un deterioro progresivo de su estado de salud. Pese a los tratamientos aplicados, el joven no logró recuperarse y falleció el 27 de diciembre.
Con este deceso, asciende a cuatro el número de personas fallecidas en el contexto del Paro Nacional, según reportes vinculados a hechos de uso de la fuerza durante las manifestaciones. El caso de Farinango se suma a otros procesos que continúan bajo seguimiento de organizaciones sociales y de derechos humanos, mientras las autoridades mantienen abiertas las investigaciones correspondientes.
El Paro Nacional, que duró casi dos meses, fue convocado por organizaciones indígenas y sindicales en rechazo a las políticas económicas del gobierno del presidente Guillermo Lasso. Las protestas, que incluyeron bloqueos de carreteras y enfrentamientos con la fuerza pública, dejaron un saldo de al menos cuatro muertos, cientos de heridos y cuantiosos daños materiales.
La muerte de Farinango, un joven de 27 años que luchaba por reivindicaciones sociales, ha generado una ola de indignación y exigencias de justicia por parte de la comunidad y organizaciones de derechos humanos. Su caso evidencia el alto costo humano que tuvieron las manifestaciones y la necesidad de esclarecer las circunstancias en las que se produjeron los hechos de violencia.












