En un año lleno de disgustos para Ubisoft, la peor noticia ha llegado el último fin de semana de diciembre. Rainbow Six: Siege, su juego como servicio más exitoso con mucha diferencia, ha sufrido una brecha de seguridad masiva que forzó a cerrar de emergencia los servidores de juego. Un apagón que tuvo lugar hace más de un día y para el que todavía no hay una fecha prevista de finalización.
Las actualizaciones que ha ofrecido la compañía sobre la situación han sido pocas y no demasiado extensas. A estas alturas lo único que está claro es que la situación ha sido más grave de lo que parecía al principio. Para entender las repercusiones del hackeo hay que saber que todo comenzó cuando los atacantes regalaron a cada usuario unos 13 millones de euros en moneda premium del juego. Además de eso se llevaron a cabo baneos injustificados y 'troleos' en las partidas que estaban activas.
Esto ha hecho que Ubisoft reciba críticas muy duras por la situación de los servidores. Muchos usuarios creen que la compañía solo ha reaccionado porque, al haber regalado monedas premium infinitas a los jugadores, le han tocado el bolsillo. Sin embargo, cuando se sufre un ataque informático, paralizar todo es el primer paso obligatorio. Si el problema solo tuviera que ver con las monedas de juego, bastaría con revertir las monedas de juego añadidas por los atacantes y bloquear la tienda unos días mientras se vuelve a la normalidad.
Ubisoft no está ayudando a calmar los ánimos con sus comunicados. En la última publicación oficial, se omite cualquier información referente a la seguridad de los jugadores, que es la información más importante que la comunidad debería tener cuanto antes.
Numerosas fuentes se están haciendo eco de datos por verificar según los cuales el ataque habría afectado a todos los juegos de la compañía, dando lugar al robo de secretos industriales valorados en cientos de millones de euros. Sin embargo, ninguna fuente fiable, oficial o no, ha verificado dicha información.
Lo más probable es que los 'hackers' hayan logrado ejecutar código de forma remota y obtenido un gran control sobre el videojuego. Es por eso que Ubisoft podría tardar en recuperar el control de Rainbow Six: Siege. No basta con el mencionado 'rollback' de servidores, también hay que comprender cómo se ha llevado a cabo el ataque y eliminar la vulnerabilidad. Este es un proceso difícil y tortuoso que, hay que recordar, a la compañía le está costando una barbaridad de dinero.
Rainbow Six: Siege es uno de los pilares de Ubisoft a nivel financiero y, cada día que pasa cerrado, está renunciando a millones de euros en ingresos. Aún peor es que si los servidores se mantienen apagados durante demasiado tiempo corren el riesgo de perder la atención de la comunidad, pudiendo ver reducido el número de usuarios en el corto o medio plazo. Las repercusiones son extremadamente negativas para la empresa y, tristemente, quizá lo sean también para sus empleados.










