La nueva Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) de la administración Trump ha generado gran preocupación en Europa, al señalar a los aliados democráticos del continente como una amenaza y alinearse más con Rusia y China.
Según el exprimer ministro y exministro de Asuntos Exteriores de Suecia, la NSS no ofrece ni una pizca de crítica hacia Rusia, ni por sus políticas internas cada vez más autoritarias, ni por su flagrante agresión militar contra Ucrania. En cambio, señala a Europa para someterla a un "abuso especial".
La NSS afirma que "en unas pocas décadas como máximo, algunos miembros de la OTAN pasarán a tener una mayoría no europea" y que Europa, condenada a la "desaparición de su civilización", no puede ser un aliado fiable. Sin embargo, esto es simplemente falso, ya que no hay ningún país europeo en el que los "no europeos" vayan a constituir una mayoría en un futuro previsible.
Esta retórica, que proviene directamente de los extremistas europeos, es sorprendente que vaya a constituir la base de cómo Estados Unidos tratará a sus aliados más fuertes y cercanos. La administración Trump está ahora dispuesta a interferir en las políticas internas y la política de los países europeos para promover las fuerzas "patrióticas", es decir, aquellas que difunden la misma basura racista.
Según el autor, los europeos tienen sus propios problemas que deben abordar, como reactivar su espíritu emprendedor y competitivo a nivel mundial, reforzar sus defensas y ampliar su exitoso proyecto de integración. Sin embargo, en general, son sociedades extraordinariamente exitosas y no deben perder eso de vista.
En lugar de intentar apaciguar a la América de Trump, los europeos deben mantenerse firmes, reafirmar sus propios valores y mantener la esperanza de que la confusión ideológica al otro lado del Atlántico pase pronto. De lo contrario, no serán ellos quienes cometan un "suicidio civilizatorio".












