Doña Rebeca Fernández, una azucarera de nacimiento de San Luis de Santo Domingo en Heredia, sorprendió al equipo del programa "El Cazador de Tamales" con su receta secreta de Turrialba para hacer unos deliciosos tamales que los dejaron encantados.
La abuela de doña Rebeca le enseñó desde que tenía 5 años a hacer tamales con la receta tradicional de Turrialba, la cual incluye un caldo concentrado de carnes cocidas a fuego lento por 24 horas, que le da un sabor único a la masa. Además, utiliza ingredientes como zanahoria, chile dulce, petipoas, garbanzos y arroz achotado, sin recurrir a otros como pasas, huevo duro u aceitunas, a menos que el cliente lo solicite.
"Recordemos muy bien que el gran secreto del tamal es la masa. La masa debe saber rico, tener buen sabor. Eso siempre me lo dejó claro mi abuelita Isabel desde que yo tenía 5 años. En casa me dicen que yo tengo la mano de mi abuela con los tamales y con toda la comida que hago, por eso siempre digo que son tamales turrialbeños", asegura doña Rebeca.
Pero la historia de doña Rebeca no solo se trata de una exquisita receta de tamales. Hace apenas dos meses, la tamalera fue operada de la columna y los médicos le dijeron que probablemente nunca volvería a caminar. Sin embargo, en menos de 24 horas después de la cirugía, doña Rebeca se levantó y comenzó a caminar, sorprendiendo a los profesionales de la salud.
"No habían pasado ni 24 horas de mi operación de columna y llegó el doctor a verme, me dijo que si caminaba me daba la salida, le pedí ayuda para levantarme y comencé a caminar. Cuando me levanté comencé a llorar. En casa mi familia ya me había comprado una silla de ruedas, por eso cuando caminé no paraba de llorar", recuerda emocionada.
Hoy, doña Rebeca sigue en recuperación, pero ya no necesita la silla de ruedas y utiliza solo un bastón. Su fortaleza y determinación la han convertido en una verdadera inspiración para quienes la conocen.
El equipo de "El Cazador de Tamales" quedó maravillado no solo por los deliciosos tamales de doña Rebeca, sino también por su historia de superación. Sin duda, esta tamalera turrialbeña es un ejemplo de perseverancia y amor por las tradiciones culinarias de Costa Rica.












