El Gobierno ha declarado el viernes 2 de enero como un día no laborable, una medida que beneficiará principalmente a los trabajadores del sector público y que tiene como objetivo ampliar el descanso por Año Nuevo e incentivar el turismo interno.
La disposición fue oficializada mediante un Decreto Supremo y, dado que no tiene carácter de feriado nacional, su aplicación no es automática para el sector privado. De esta forma, las entidades estatales suspenderán labores durante dicha jornada, salvo en los servicios esenciales que deben garantizar su funcionamiento.
La norma establece que las horas dejadas de laborar deberán ser compensadas. Cada entidad pública definirá, de acuerdo con sus necesidades, el cronograma de recuperación del tiempo no trabajado por sus servidores.
En el sector privado, la aplicación del día no laborable será opcional y quedará sujeta a un acuerdo entre empleadores y trabajadores, quienes podrán definir si se toma el día libre y cómo se compensarán las horas, de ser el caso.
La medida busca impulsar el turismo interno y dinamizar sectores como el transporte, la hotelería y los servicios. Esto se enmarca en los esfuerzos del Gobierno por reactivar la economía tras los impactos de la pandemia de COVID-19.
Expertos en economía y turismo han señalado que este tipo de iniciativas pueden tener un efecto positivo en la actividad económica, al incentivar el gasto de los consumidores y generar mayores ingresos para las empresas del sector. Sin embargo, también advierten que su efectividad dependerá de factores como la duración de la medida y la capacidad de los destinos turísticos para absorber la demanda.
En general, la decisión del Gobierno de decretar un día no laborable el 2 de enero busca aprovechar el periodo vacacional posterior a las fiestas de fin de año para impulsar el turismo interno y contribuir a la recuperación económica del país.










