El intento de BBVA de adquirir Banco Sabadell para crear un grupo bancario más grande y diversificado en España ha fracasado, luego de que los accionistas de la segunda entidad rechazaran la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por BBVA en mayo de 2024.
La OPA enfrentó varios obstáculos desde el inicio, incluyendo la rotunda negativa del propio Banco Sabadell a la operación y la oposición del gobierno central español, que vetó una posible fusión de las dos entidades por al menos tres años. Además, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó la operación con compromisos de BBVA, pero concluyó que Sabadell no era imprescindible y que había otros operadores que garantizaban la competencia.
A pesar de que el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no pusieron reparos a la operación, los clientes y accionistas de Sabadell salvaron a la entidad de caer en manos de BBVA. El presidente de BBVA, Carlos Torres, se mostró "absolutamente convencido" de que lograrían más del 50% de Sabadell, pero finalmente solo alcanzaron poco más del 25%, incluyendo cerca del 4% del inversor mexicano David Martínez, accionista de referencia de Banco Sabadell.
El fracaso de la OPA fue visto por BBVA como una "oportunidad perdida", pero su presidente defendió que tenían la obligación de apostar por Sabadell y ligó su continuidad al frente de la entidad a los buenos resultados, y no a esta operación fallida.
Por su parte, Banco Sabadell mostró su satisfacción por poder seguir su camino en solitario, gracias al apoyo "mayoritario e inquebrantable" de sus clientes y accionistas, como reconoció el presidente de la entidad, Josep Oliu. Durante el proceso, que duró más de 17 meses, Sabadell logró que el poder político, empresarial y buena parte de la sociedad coincidieran en oponerse a la OPA hostil.
Además, Sabadell tuvo la oportunidad de sorprender con sus resultados, la venta de su filial británica TSB a Santander, la promesa de un dividendo extraordinario y un retorno para el accionista sin precedentes. La idea de la OPA siempre fue que los accionistas de Sabadell pudieran decidir su futuro, y la realidad es que pocos decidieron acogerse a la oferta de BBVA.
