La invasión rusa a Ucrania, que este 22 de febrero cumplirá cuatro años, parece estar estancada y las negociaciones dilatadas. Sin embargo, un análisis más profundo revela que la OTAN ha obtenido una victoria decisiva, sin necesidad de disparar un solo tiro.
Según el artículo publicado en The Spectator y citado por el exsecretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, poco antes de su muerte, el objetivo central de Moscú era evitar que la OTAN llegara a sus fronteras. Para ello, la invasión a Ucrania buscaba mantener a este país como una "zona de amortiguación" entre la ex Unión Soviética y la Alianza Atlántica.
Pero como consecuencia no planificada, Finlandia y Suecia, dos países históricamente neutrales durante la Guerra Fría, decidieron unirse a la OTAN en 2022 y 2023 respectivamente. Esto ha supuesto un duro golpe para Rusia, ya que Finlandia comparte una frontera de 1.300 kilómetros con el país, ampliando sustancialmente la presencia de la OTAN en la región.
En total, la incorporación de estos dos países nórdicos ha incrementado en 70 kilómetros la frontera de la OTAN con Rusia, que ahora alcanza los 1.300 kilómetros. Una victoria estratégica para la Alianza Atlántica, sin necesidad de disparar un solo tiro.
Kissinger proponía que Ucrania aceptara la pérdida del Donbass, la región más industrializada del país y donde se ubica su central nuclear más importante, actualmente bajo control ruso. Sin embargo, Zelenski se ha negado a ceder territorio, lo que ha debilitado su posición en las negociaciones impulsadas por Estados Unidos y apoyadas por Turquía y Qatar.
Mientras tanto, la cohesión europea en el apoyo a Ucrania se está debilitando. Países como Italia, Hungría, República Checa, Eslovaquia y Bélgica se han opuesto al uso de los fondos incautados a Rusia para financiar el esfuerzo bélico ucraniano. Además, el crecimiento de fuerzas políticas contrarias a asumir los costos y riesgos de la guerra, como el partido de Marine Le Pen en Francia o Vox en España, amenaza con socavar aún más el respaldo a Ucrania.
En este contexto, la OTAN ha logrado una victoria estratégica al ampliar su frontera con Rusia sin disparar un solo tiro, gracias a la incorporación de Finlandia y Suecia. Una muestra de que la guerra no siempre se gana en el campo de batalla.
