La historia de Raúl Rocha Cantú, el empresario dueño del certamen de Miss Universo, es un claro ejemplo de cómo una pequeña pieza puede desencadenar una verdadera catástrofe. Todo comenzó con el escándalo generado en torno a la coronación de la mexicana Fátima Bosch en este año, cuando se denunció que Rocha Cantú habría ejercido presión para orientar el voto a favor de la modelo.
A partir de allí, la prensa comenzó a documentar una serie de malos manejos del empresario en otros ámbitos, hasta que se descubrió que Rocha Cantú llevaba una doble vida, codeándose con el jet set del entretenimiento internacional mientras traficaba armas y combustible robado en México.
La investigación ministerial contra Rocha Cantú, a la que tuvo acceso este medio, lo acusa de pertenecer a un grupo del crimen organizado dedicado al tráfico de armas, contrabando de combustible, lavado de dinero y despojo de viviendas. Según el expediente, el empresario fungía como una especie de socio capitalista en la trama criminal, a la que presuntamente financió con al menos cinco millones de pesos.
Además, Rocha Cantú se encargaba de las negociaciones con empresarios gasolineros para distribuir el huachicol (combustible robado), que era contrabandeado principalmente desde Guatemala y Estados Unidos. Sus negocios ilícitos se vinculan con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la Unión Tepito.
La faceta criminal de Rocha Cantú no solo empañó el triunfo de Fátima Bosch en Miss Universo, sino que también puso en entredicho la labor de las autoridades mexicanas. El magnate ya había estado envuelto en polémica años atrás, luego del ataque al Casino Royale en 2011, en el que murieron más de 50 personas en un incendio provocado por Los Zetas. En esa ocasión, Rocha Cantú, dueño del casino, eludió la justicia al marcharse a Estados Unidos.
A pesar de sus antecedentes, Rocha Cantú continuó su próspera carrera empresarial en el país norteamericano. En enero de 2024, incluso compró la mitad de las acciones de Miss Universo a la firma tailandesa JKN Global Group por 16 millones de dólares. La cabeza de esa compañía, la empresaria Anne Jakrajutatip, enfrenta ella misma acusaciones de fraude en Tailandia, que ha ordenado el congelamiento de sus cuentas.
La historia de Raúl Rocha Cantú es un claro ejemplo de cómo una pequeña pieza puede desencadenar una verdadera catástrofe. Su presunta participación en actividades delictivas ha puesto en entredicho la credibilidad de las autoridades mexicanas y ha empañado el triunfo de Fátima Bosch en Miss Universo. Este caso evidencia la necesidad de una mayor vigilancia y transparencia en el mundo de los negocios y los certámenes de belleza.












