A lo largo de su primer año en la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha ordenado múltiples ataques en el extranjero, argumentando que lleva a cabo una lucha contra el terrorismo o el narcotráfico. Estas acciones militares han tenido lugar en diversos países, como Yemen, Irán, Somalia, Siria y Venezuela, generando preocupación y rechazo a nivel internacional.
En Yemen, la llamada "Operación Jinete Duro" se desarrolló entre marzo y mayo, con ataques constantes que, según las autoridades locales, dejaron al menos 33 muertos y 80 heridos. Trump posteriormente anunció el cese de los ataques, afirmando que los hutíes "ya no querían luchar".
Poco después, en junio, Trump ordenó el "exitoso ataque" de la Fuerza Aérea contra tres instalaciones nucleares de Irán, en medio de una guerra de 12 días entre Israel e Irán. Esta operación, denominada "Martillo de Medianoche", fue cuestionada en cuanto a su efectividad para detener el programa nuclear iraní.
En Somalia, las agresiones contra grupos yihadistas se han multiplicado por 10 durante el mandato de Trump, con más de 100 ataques aéreos realizados este año. El mandatario ha calificado a este país africano como un "agujero infernal" y ha arremetido verbalmente contra la representante demócrata Ilhan Omar, de origen somalí.
En Siria, la "Operación Ojo de Halcón" fue lanzada a mediados de diciembre como represalia por el asesinato de dos militares y un intérprete estadounidenses a manos del Estado Islámico. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, afirmó que no se trataba del inicio de una guerra, sino de "una declaración de venganza".
Uno de los casos más polémicos ha sido la presencia de fuerzas estadounidenses en el mar Caribe y los ataques a presuntas narcolanchas en Venezuela. Inicialmente justificados bajo el argumento del combate al narcotráfico, estos operativos han sido denunciados por Caracas como un intento de apropiación ilegal de los recursos energéticos del país.
Estas acciones militares de Trump han generado un rechazo generalizado a nivel internacional. En una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, el representante permanente de Venezuela, Samuel Moncada, denunció que las acciones de Estados Unidos representan "la recolonización de Venezuela, la reconquista de todo el continente". Rusia, China, Colombia, Brasil, México, Nicaragua y Cuba, entre otros, manifestaron su apoyo a la posición venezolana.
