Venezuela concretó la nacionalización de su industria petrolera en 1976 mediante un proceso legal durante el primer Gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez (1974-1979). Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuestiona este proceso y denuncia un supuesto despojo de derechos a empresas de su país, algo que expertos consultados por EFE rebaten.
Mientras el historiador Tomás Straka opina que las palabras de Trump reflejan una interpretación "muy mal informada" del proceso, la exviceministra de Energía y Minas Dolores Dobarro afirma que los recursos que se encuentran en el subsuelo venezolano han pertenecido al país desde su independencia.
La nacionalización de 1976 sustituyó las empresas concesionarias nacionales y extranjeras por empresas operadoras estatales, a través de la creación de Petróleos de Venezuela (PDVSA), que asumió los activos de las compañías extranjeras en el país. Esta política fue "muy discutida, debatida y, se puede afirmar que consensuada entre los factores políticos de la época", según Dobarro.
Posteriormente, durante el Gobierno de Hugo Chávez, se profundizó aún más la nacionalización, obligando a las empresas petroleras extranjeras a pasar a un esquema mixto con PDVSA como socio mayoritario. Esto llevó a la expropiación de activos de compañías como ExxonMobil y ConocoPhillips, que demandaron al Estado venezolano en arbitrajes internacionales.
Expertos consultados por EFE señalan que Venezuela ha sido una "pieza fundamental" en el "tablero de la geopolítica" de Estados Unidos, debido a su carácter de exportador de petróleo. Sin embargo, el país norteamericano nunca ha tenido derecho sobre el subsuelo venezolano, ya que la tierra es propiedad del Estado de acuerdo a la tradición legal hispánica.
