Rusia ha intensificado sus ataques contra Ucrania, lanzando cerca de 500 drones y 40 misiles durante la noche que apuntaron a infraestructuras energéticas y civiles. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, condenó estos "ataques repugnantes" y urgió a Estados Unidos y Europa a presionar aún más a Moscú.
El bombardeo ruso alcanzó la capital ucraniana, Kiev, dejando al menos una persona muerta y cientos de miles sin luz ni calefacción. Las autoridades locales confirmaron que unas 320.000 personas quedaron sin electricidad tras el ataque.
Estos hechos se produjeron en vísperas de la reunión prevista en Florida entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y Zelenski. En ese encuentro, discutirán sobre el plan promovido por Estados Unidos para poner fin al conflicto, que en febrero cumplirá cuatro años.
Zelenski declaró que, con estos ataques, Rusia ha demostrado que "no quiere poner fin a la guerra" y que busca "causar aún más sufrimiento a Ucrania y aumentar su presión sobre otros países del mundo".
El mandatario ucraniano viajará a Estados Unidos para reunirse con Trump y abordar la situación. Zelenski hizo un llamado a la comunidad internacional para que ejerza más presión sobre Rusia y evitar que siga perpetrando estos "ataques repugnantes" contra la población civil.
Expertos consideran que los constantes bombardeos rusos a infraestructuras clave en Ucrania buscan debilitar la resistencia del país y forzar a Zelenski a aceptar un alto el fuego en términos desfavorables. Sin embargo, el presidente ucraniano ha reiterado que no negociará la soberanía y la integridad territorial de su nación.
La escalada de los ataques rusos antes de la reunión entre Trump y Zelenski sugiere que Moscú intenta enviar un mensaje de fortaleza y determina-ción, desafiando los esfuerzos internacionales por lograr una solución pacífica al conflicto.
