El exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, condenado por delitos de corrupción, denunció este viernes haber sufrido presuntos tratos "crueles y denigrantes" en la nueva prisión de máxima seguridad a la que fue trasladado el 10 de noviembre pasado.
Glas, quien se desempeñó como vicepresidente durante el gobierno del expresidente Rafael Correa, afirmó que desde que fue trasladado a esta cárcel "en construcción, como parte de un show mediático político, he sufrido tratos crueles y denigrantes".
Según el exfuncionario, los malos tratos incluyen mantenerlo en una celda sin ventanas, sin acceso a luz natural, con un baño insalubre y sin posibilidad de comunicarse con el exterior. Glas denunció que se le ha negado el acceso a servicios médicos y a una alimentación adecuada.
"Me han mantenido incomunicado, sin poder recibir visitas de mis familiares ni de mis abogados. Esto es una clara violación a mis derechos humanos y a las garantías del debido proceso", declaró Glas desde la prisión.
El exvicepresidente cumple una condena de 6 años por su participación en el escándalo de corrupción de Odebrecht, la mayor trama de sobornos de América Latina. Fue sentenciado en 2017 y trasladado a la nueva cárcel de máxima seguridad como parte de una reestructuración del sistema penitenciario ecuatoriano.
Las denuncias de Glas se suman a las preocupaciones expresadas por organismos de derechos humanos sobre las condiciones de los centros penitenciarios en Ecuador, que enfrentan problemas de hacinamiento, violencia y falta de atención médica adecuada para los reclusos.
Desde el gobierno, las autoridades han rechazado las acusaciones de Glas y aseguran que el exvicepresidente recibe un trato digno y que se respetan sus derechos. Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional han instado al Estado ecuatoriano a investigar las denuncias y garantizar el respeto a los derechos humanos de los presos.
El caso de Jorge Glas ha generado gran controversia en Ecuador, donde sectores afines al expresidente Correa lo consideran un "preso político", mientras que sus detractores defienden que fue condenado por actos de corrupción comprobados. La denuncia de los presuntos malos tratos en prisión reaviva el debate sobre las condiciones carcelarias y los derechos de los reclusos en el país.
