El uso de la mentira por parte de algunos políticos para sustentar sus propósitos y aspiraciones de poder es una práctica cada vez más preocupante, según expertos. En los procesos electorales, estos políticos fingen optimismo y seguridad de la victoria, incluso cuando cuentan con un bajo porcentaje de aceptación entre los votantes. Tanto repiten sus mentiras que a veces llegan a creerlas.
Pero las peores mentiras surgen del pesimismo y el sentimiento de derrota que abruma a estos actores políticos. Ante la perspectiva de un posible fracaso, recurren a expresiones contrarias a la verdad para atemorizar a la población y sobresalir a costa de acciones dañinas.
Un reciente ejemplo de este uso preocupante de la mentira fue el intento de desestabilizar al Banco de Reservas, el grupo económico más importante de la República Dominicana. Según un comunicado del propio banco, al cierre de noviembre de 2025 presentaba indicadores financieros robustos, resultado de una gestión prudente del riesgo, adecuados niveles de liquidez y capitalización, así como una evolución sostenida de sus resultados operativos.
Sin embargo, se propagaron rumores y mentiras que buscaban poner en duda la credibilidad de esta institución financiera. Ante esto, las autoridades monetarias, encabezadas por el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, salieron a explicar oportunamente la auspiciosa realidad del BanReservas y su fortaleza y solidez financiera.
La Ley de Bancos establece penalidades contra la difusión de falsedades y rumores capaces de incidir negativamente en la estabilidad de alguna institución financiera. Comunicadores de diferentes tendencias demandaron sanciones para los responsables de la mentira contra el Banco de Reservas, y el hecho no debe quedarse así.
Expertos advierten que el uso de la mentira por parte de algunos políticos no solo daña la credibilidad de las instituciones, sino que también puede tener vastas consecuencias para la estabilidad económica y la tranquilidad ciudadana. Urgen a que se tomen medidas para frenar esta práctica y preservar la integridad del sistema financiero y político del país.











