Un tribunal de la provincia china de Guizhou condenó a la pena de muerte a un hombre acusado de asesinar de forma intencional a sus dos hijos menores, de 10 y 7 años, después de considerar probados los hechos.
Según la información proporcionada, el condenado, identificado como Liu Zhongjie, engañó a sus hijos para que ingirieran un pesticida agrícola, una sustancia tóxica de uso extendido en el ámbito rural. Después de que los niños ingirieran el veneno, el acusado no adoptó ninguna medida de auxilio ni solicitó atención médica, lo que provocó la muerte de ambos menores.
El tribunal estableció que el acusado actuó de manera deliberada y aprovechó la relación de dependencia y confianza propia de la edad de las víctimas. Además, determinó que los hechos se produjeron en un contexto de una disputa conyugal que el acusado "no supo gestionar adecuadamente", sin dar más detalles al respecto.
En su resolución, el tribunal consideró que la conducta del acusado constituyó un delito "extremadamente grave" de homicidio intencional, al haber empleado un método que puso en grave riesgo la vida de los menores y haber omitido cualquier intento de rescate posterior. Por este motivo, impuso la pena de muerte como castigo por tan atroz crimen.
Este caso ha conmocionado a la opinión pública china y ha generado una gran indignación por la crueldad y el sinsentido de los hechos. Expertos en derecho penal han señalado que la sentencia de muerte es acorde con la gravedad del delito cometido y refleja la firme posición del sistema judicial chino en la lucha contra los crímenes violentos, especialmente aquellos que involucran a menores.
La noticia ha generado un amplio debate sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección de la infancia y de brindar un mayor apoyo a las familias en situaciones de conflicto, con el objetivo de evitar que se produzcan tragedias como esta en el futuro.










