El juez de Garantías de La Matanza, Fernando Pinos Guevara, denunció haber sido víctima de dos ataques violentos en las últimas semanas, que ponen en riesgo su vida y la de su familia. Según el magistrado, estos hechos serían una "venganza" de las organizaciones criminales que investigó en el marco del triple crimen de Florencio Varela.
Pinos Guevara relató que el primer ataque ocurrió el 2 de noviembre, cuando cinco delincuentes armados lo interceptaron en el garaje de la casa de su suegra, a la que se había mudado temporalmente. Le apuntaron con pistolas a él, su esposa y su hijo, y se llevaron sus celulares y el vehículo.
Días después, los delincuentes volvieron a ingresar a la vivienda mientras la familia no estaba, pero solo se llevaron una consola de videojuegos. Para el juez, estos hechos son "actos de inteligencia y amedrentamiento" vinculados a su labor judicial contra el narcotráfico.
Pinos Guevara denunció que lleva casi una década solicitando custodia personal, pedido que le fue denegado sistemáticamente bajo diferentes gestiones. "Es una situación de amedrentamiento. Buscan que baje los brazos en el trabajo que hice contra las bandas del narcotráfico", sentenció.
Conmocionado, el magistrado reveló que sus hijos de 11 y 15 años le han pedido que abandone el país para instalarse en España, una posibilidad que hoy analiza con seriedad, pese a su profunda vocación de servicio. "Soy juez las 24 horas, pero la integridad de mi familia es primordial", afirmó entre lágrimas.
El juez descartó, por el momento, vínculos políticos en los ataques, pero fue tajante al señalar la vulnerabilidad a la que lo expone el propio sistema. "El silencio y la oscuridad generan incertidumbre a estas bandas, pero mi exposición actual es un grito de auxilio", remarcó.










