El gobierno sirio ha acusado a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) de perpetuar la división del país, al operar al margen del Estado y mantener una estructura administrativa, de seguridad y militar independiente. En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria subrayó que el énfasis de las FDS en la unidad del país contradice la realidad sobre el terreno.
Según el comunicado, las conversaciones sobre la integración de las instituciones del noreste del país controlado por las FDS en el marco estatal se han limitado a declaraciones teóricas, sin pasos prácticos ni plazos claros. Esto, señala el Ministerio, genera dudas sobre la seriedad del compromiso de las FDS con el acuerdo del 10 de marzo, en el que se estipulaba la integración de esta formación política y militar en la estructura del nuevo Estado sirio.
Asimismo, el Ministerio criticó las afirmaciones de las FDS sobre el petróleo, al considerar que carecen de credibilidad mientras no se administre dentro de las instituciones estatales ni se incorporen sus ingresos al presupuesto general. Además, advirtió que la propuesta de descentralización "trasciende el marco administrativo y avanza hacia una descentralización política y de seguridad que amenaza la unidad del Estado y consolida entidades de facto".
En el ámbito militar, el comunicado recalcó que hablar de entendimientos es incompatible con la presencia de formaciones armadas fuera del marco del ejército sirio, con liderazgo independiente y afiliaciones externas, lo que socava la soberanía y obstaculiza la estabilidad.
Las FDS, respaldadas por Estados Unidos, controlan cerca del 25% del territorio sirio, principalmente en las provincias nororientales de Hasakeh, Raqa y Deir Ezzor. El gobierno sirio ha mantenido un pulso constante con este grupo, al considerar que su presencia y estructura paralela amenazan la integridad territorial del país.











