El asesinato de Óscar Noé Medina González, alias "El Panu", ha sacudido los cimientos del cártel de Sinaloa liderado por los hermanos Guzmán Salazar, conocidos como "Los Chapitos". El Panu, considerado el hombre de confianza y el brazo derecho de Iván Archivaldo Guzmán, fue ejecutado a balazos mientras cenaba con su familia en un restaurante de la Zona Rosa de la Ciudad de México.
La periodista Anabel Hernández, en su podcast Narcosistema, reveló detalles escalofriantes sobre el papel que jugaba El Panu dentro de la estructura criminal de Los Chapitos. Lejos de ser un simple sicario o subordinado, El Panu era el amigo íntimo, el compadre y la pieza clave en las operaciones más importantes del cártel.
Durante más de una década, El Panu fue inseparable de Iván Archivaldo Guzmán, el hijo de "El Chapo" Guzmán. Su relación estaba cimentada en la confianza absoluta, y El Panu era considerado esencial para el ascenso de Los Chapitos y pieza clave en operaciones como la expansión del tráfico de fentanilo y el éxito del Culiacanazo.
Pero El Panu no solo era un hombre de confianza, sino también un operador criminal de gran inteligencia y sangre fría. Según Hernández, en más de una ocasión intervino para evitar que los excesos de Iván Archivaldo, bajo los efectos de alucinógenos, desencadenaran escándalos irreversibles o bajas sin sentido.
Además de su papel como contención de los arrebatos de Iván, El Panu también era conocido por su capacidad para ejercer la violencia más extrema. Hernández documenta su participación en actos de tortura y ejecuciones, como el caso de un hombre arrojado a un tigre y luego rematado.
El Panu también fue clave en la incursión de Los Chapitos en el tráfico de fentanilo, una de las principales razones por las que el gobierno de Estados Unidos ofrecía una recompensa por su captura. Organizó y lideró reuniones estratégicas para lanzar el mercado de las pastillas azules M30, presentando el producto a decenas de jóvenes en Culiacán y distribuyendo miles de pastillas gratis para enganchar a nuevos consumidores.
La muerte de El Panu, según Hernández, representa el principio del fin para el imperio criminal de Los Chapitos. Su asesinato no solo significa la pérdida de una leyenda criminal, sino también del operador más inteligente y leal que protegía a Iván Archivaldo y a la propia estructura del cártel en sus momentos más críticos.
La ejecución de El Panu, un hombre que manejaba con mano de hierro los hilos del cártel de Sinaloa, es un duro golpe que pone en jaque la supervivencia de Los Chapitos y abre una nueva etapa en la lucha contra el narcotráfico en México.
