Dirigentes de la Fedefútbol enfrentan una crisis sin precedentes tras la eliminación de Costa Rica del Mundial 2026

La eliminación de la Selección de Costa Rica del camino al Mundial 2026 ha desatado una crisis sin precedentes en la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol). Osael Maroto, el presidente de la entidad, se encuentra en el ojo del huracán, enfrentando fuertes cuestionamientos por su gestión y la toma de decisiones que llevaron al naufragio del equipo nacional.

La escena que se vivió en la conferencia de prensa de Maroto luego de la eliminación tuvo "la textura del realismo mágico", según describe el periodista Harold Leandro. El presidente de la Fedefútbol, un empresario multimillonario sin experiencia deportiva, intentó justificar su papel en el fracaso, pero terminó recibiendo una "masterclass sobre el verdadero ejercicio del poder".

Maroto llegó a la presidencia de la Fedefútbol en agosto de 2023 con la promesa de inyectar capital económico y gestionar el fútbol costarricense como una empresa. Sin embargo, su falta de conocimiento del deporte y su enfoque empresarial lo llevaron a tomar decisiones cuestionables que terminaron perjudicando gravemente a la Selección Nacional.

Uno de los principales problemas señalados es la gobernanza débil de la Fedefútbol, con una estructura de poder difusa y la presencia de dirigentes de ligas menores como la Segunda División, el Fútbol Playa, el Fútbol Sala y el Fútbol Femenino, que terminaron teniendo injerencia en decisiones vitales sobre la Selección Masculina.

Esto, sumado a la contratación del técnico mexicano Miguel "Piojo" Herrera, cuyo proyecto de salvación se convirtió en "nota de prensa del desastre", y la insistencia de Maroto en mantener en su cargo a Ignacio Hierro, responsable directo del naufragio hacia el Mundial, terminaron por hundir las aspiraciones de Costa Rica.

Ahora, Maroto se enfrenta a un escenario complicado. Ofreció disculpas públicas tras la eliminación, pero se negó a renunciar, afirmando que concluirá su mandato de cuatro años. Sin embargo, el daño ya está hecho, y la afición costarricense exige respuestas y cambios profundos en la gobernanza del fútbol nacional.

Expertos señalan que, si Maroto no abandona su "afán de empresario-dominador" y asume verdaderamente el rol de gestor deportivo, enfocándose en la transparencia, la responsabilidad y los resultados, difícilmente podrá revertir la crisis que enfrenta la Fedefútbol. De lo contrario, el fútbol costarricense se enfrentará a una etapa aún más oscura y desencantada.