Un manto de luto y desolación cubrió la celebración de la Nochebuena en un sector del centro de Neiva, Colombia. Un violento incendio estructural consumió en la madrugada del pasado 24 de diciembre un inmueble que funcionaba como inquilinato, dejando un balance trágico de tres personas fallecidas y tres familias que lo perdieron todo.
El suceso ocurrió en un predio ubicado en el barrio San Pedro, una zona de alta densidad poblacional. Según el relato del personero encargado de Neiva, Andrés Felipe Quintero Gutiérrez, el sitio era una edificación que albergaba a varias familias en condición de alta vulnerabilidad y, al parecer, también funcionaba de manera irregular como un hostal o vivienda transitoria.
Las tres personas que perdieron la vida en el siniestro fueron identificadas preliminarmente como una pareja que se dedicaba al reciclaje y un adulto mayor. Uno de los aspectos más impactantes de la investigación preliminar apunta a que el incendio pudo haber sido provocado, ya que según los testimonios de los sobrevivientes, el adulto mayor habría iniciado el fuego.
"Las personas nos manifestaron que la persona adulta mayor, presuntamente, fue la que ocasionó el incendio", declaró el personero, enfatizando que esta línea de investigación está siendo adelantada por las autoridades competentes.
Pese a la tragedia, hubo espacio para la resiliencia y la solidaridad. Tres familias completas pudieron ser rescatadas a tiempo y no reportaron heridos de gravedad. Sin embargo, su situación es crítica en términos humanitarios, ya que las llamas devoraron todas sus pertenencias.
La Personería de Neiva activó de inmediato una red de apoyo, en coordinación con el párroco de la Iglesia de Quebraditas, para canalizar la primera ayuda a las familias afectadas.
Este doloroso evento sirve como una llamada de atención a las autoridades locales sobre la necesidad de intensificar los controles a este tipo de viviendas colectivas informales, promover programas de inspección de seguridad y fortalecer las redes de apoyo social y psicológico para prevenir que la desesperanza individual se transforme, nuevamente, en una tragedia colectiva.
