Tras un prolongado y polarizado proceso electoral, Nasry 'Tito' Asfura ha sido declarado el nuevo presidente electo de Honduras. El Gobierno de Uruguay expresó su voluntad de trabajar conjuntamente con el mandatario para profundizar las positivas relaciones bilaterales y promover la paz y la estabilidad en la región.
El pasado 30 de noviembre, Honduras celebró elecciones presidenciales que fueron salpicadas por denuncias de "fraude" y otros problemas, como la supuesta "injerencia" del expresidente estadounidense Donald Trump. Finalmente, el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Nasry Asfura, del conservador Partido Nacional, como el virtual presidente electo, con el 40,26% de los votos, superando por estrecho margen a Salvador Nasralla, del también conservador Partido Liberal, quien obtuvo el 39,54% de los sufragios.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay felicitó a Asfura y expresó su disposición a "trabajar conjuntamente para continuar profundizando las positivas relaciones bilaterales, así como para llevar adelante toda iniciativa que promueva la paz y la estabilidad en América Latina y el Caribe".
Conocido como 'Papi a la orden', Asfura es un exalcalde de Tegucigalpa que ahora asume la presidencia de Honduras en un contexto de polarización política y social. Durante su campaña, el mandatario electo se presentó como un candidato conservador y cercano a los sectores empresariales del país.
La proclamación de Asfura como presidente se produjo tras un "prolongado y polarizado escrutinio", según el comunicado uruguayo, que contó con el seguimiento y supervisión de organismos internacionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, quienes respaldaron los resultados declarados por el CNE.
Con esta felicitación, Uruguay busca estrechar lazos con el nuevo gobierno hondureño y trabajar en conjunto para promover la estabilidad y el desarrollo en la región. Asfura asumirá la presidencia en un momento crucial para Honduras, que enfrenta desafíos como la migración, la violencia y la crisis económica agravada por la pandemia de COVID-19.
