El Gobierno se enfrenta a importantes retos en materia de seguridad e infraestructura, según reconoció recientemente un alto funcionario. Samuel Pérez, quien ocupa un cargo relevante en la administración, identificó estas dos áreas como las más críticas que debe abordar el Ejecutivo en el corto plazo.
"A mí me preocupan dos en específico", afirmó Pérez, admitiendo que estos problemas tienen un impacto negativo en la imagen del Gobierno. Por un lado, la seguridad pública sigue siendo una de las principales preocupaciones ciudadanas, con índices de criminalidad que no logran controlarse de manera efectiva. Por otro, la deficiente infraestructura en diversas regiones del país obstaculiza el desarrollo económico y la calidad de vida de la población.
Estos desafíos no son nuevos, pero parecen haberse agravado en los últimos meses, generando creciente malestar social. El Gobierno ha intentado implementar algunas medidas, pero los resultados no han sido los esperados, lo que ha minado la confianza de la ciudadanía en la capacidad del Ejecutivo para resolver estos problemas estructurales.
Analistas políticos señalan que el manejo de la seguridad y la infraestructura será clave para la imagen y gobernabilidad del Gobierno en los próximos meses. Advierten que el fracaso en abordar estos retos podría tener serias consecuencias electorales a mediano plazo.
Ante este panorama, el Gobierno deberá redoblar esfuerzos y destinar más recursos para fortalecer las fuerzas de seguridad, mejorar la coordinación interinstitucional y acelerar las inversiones en proyectos de infraestructura estratégicos. De lo contrario, el desgaste político podría profundizarse, comprometiendo la capacidad del Ejecutivo para impulsar su agenda y responder a las demandas ciudadanas.












