El uso del sistema de videoarbitraje (VAR) en el fútbol, lejos de resolver la polémica sobre las decisiones de los árbitros, parece haberla multiplicado. A pesar de que la tecnología fue implementada para garantizar una mayor imparcialidad y justicia en el deporte, los constantes cuestionamientos a las intervenciones del VAR han generado un malestar generalizado entre jugadores, técnicos y aficionados.
Según expertos, la proliferación de debates en torno a las decisiones arbitrales se debe a que el VAR no ha logrado eliminar la ambig edad inherente al juego del fútbol. Al contrario, la infinidad de ángulos y repeticiones que ofrece la asistencia virtual ha vuelto las jugadas más abiertas a la interpretación, provocando que cada falta, fuera de lugar o penal se convierta en un motivo de interminables polémicas.
"Más que eliminar la controversia, el VAR parece haberla transformado", señala el análisis. "La herramienta designada para empoderar al árbitro dentro del campo terminó por convertir en jueces a todos los aficionados".
Declaraciones de entrenadores como Matías Almeyda, del Sevilla, o Pep Guardiola, del Manchester City, evidencian que el malestar no radica tanto en la ecuanimidad de los jueces, sino en la falta de coherencia en los criterios aplicados por el VAR. La tecnología ha expuesto la ambig edad del juego, pero no ha logrado establecer parámetros claros y consistentes para su interpretación.
En este contexto, las redes sociales se han consolidado como el terreno ideal para albergar polémicas interminables, donde no importa demostrar la verdad, sino viralizar conjeturas y mentiras. Allí, la decisión arbitral indicada no depende del criterio reglamentario aplicado durante el partido, sino de la cantidad de veces que se ha compartido la opinión de un influencer.
Para reducir la polémica con la misma eficacia con la que robustece la justicia deportiva, el nuevo cuerpo arbitral deberá establecer criterios claros y aplicarlos con consistencia durante un tiempo prolongado. Solo así, quizá, la tecnología dejará de multiplicar interpretaciones y comenzará a ordenar el juego sin controversias.












