La crisis económica y la asfixiante inflación que azota a Estados Unidos han obligado a miles de familias, especialmente de la comunidad latina, a recurrir a los bancos de alimentos para poder alimentarse en esta época navideña. Las imágenes de largas filas en estos centros de ayuda alimentaria contrastan con la típica estampa festiva de abundancia.
Apenas a las 3 de la mañana, personas como Joe Nino, un jubilado de avanzada edad, ya hacen fila para ser de los primeros en recibir su canasta de alimentos en el centro MEND (Meet Each Need with Dignity) en el barrio de Pacoima, California. "La situación económica es muy baja. Llevo comida para mi sustento en casa y familias que no tienen una buena situación económica", indica Nino a la agencia EFE.
Según el último informe de Feeding America, la mayor red de bancos de alimentos del país, la inseguridad alimentaria afecta a 47 millones de personas en Estados Unidos, de las cuales 14 millones son latinos. En el epicentro de esta crisis se encuentra el Banco de Alimentos de Los Ángeles, que tiene capacidad para alimentar a 1,2 millones de personas cada mes en una región de 9 millones de habitantes.
"Lo que antes uno compraba con 25 dólares, ahora está costando 35 o 40", señala Christina Quesada, directora de Relaciones Corporativas del banco de alimentos de Los Ángeles. Este incremento del 60% en los precios de la canasta básica ha golpeado incluso a familias de ingresos medios, rompiendo el estigma de que solo las personas sin hogar acuden a estos centros.
"Es lo que nosotros le llamamos el 'working poor': tienen trabajos, pero tal vez con su empleo no ganan lo suficiente para poder vivir", explica Quesada. Esta "ansiedad" y "desesperación por encontrar comida" se ha vuelto una constante en hogares que hasta hace poco se consideraban económicamente autosuficientes.
En ciudades como Paramount, donde el 80% de la población es de origen hispano, la crisis se siente con crudeza. Ante la llegada de la Navidad, surgen iniciativas solidarias como la campaña "Season of Giving" de la cadena de supermercados Grocery Outlet, que busca recaudar fondos para proporcionar tres millones de comidas antes del 31 de diciembre. Los vecinos de Paramount han tejido una red de bienestar para protegerse unos a otros en un sistema que parece haberles dado la espalda.
