El Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires (MPT) impulsa una nueva campaña de concientización, "Mejor sin Pirotecnia", con el objetivo de promover festejos responsables y una convivencia respetuosa, evitando el uso de pirotecnia y artefactos de estruendo durante las próximas fiestas de Navidad y Año Nuevo.
La iniciativa surge ante los graves efectos que puede tener el uso de pirotecnia, especialmente en personas neurodivergentes, con hipersensibilidad auditiva, recién nacidos, usuarios de servicios de salud mental y adultos mayores. Además, su uso también afecta al medio ambiente y a los animales.
"Cada año desde el MPT realizamos campañas de concientización sobre los peligros y trastornos que producen el uso de elementos de pirotecnia. En las últimas fiestas, según los registros de los hospitales, han disminuido los heridos. Por eso, este año nuestra campaña Mejor sin Pirotecnia apela a una convivencia respetuosa, haciendo un llamado a la sociedad difundiendo el impacto que generan los estruendos en las personas neurodivergentes, los mayores, los usuarios de los servicios de salud mental, recién nacidos o personas enfermas", explicó la Asesora General Tutelar, Carolina Stanley.
La campaña se difundirá a través de las redes sociales del MPT, Facebook (@mptutelar) y Twitter (@mptutelar), así como en la página web de la institución, y se extenderá hasta fin de año.
Según los datos brindados, la neurodivergencia es un término amplio que refiere a personas cuyos cerebros funcionan de manera naturalmente diferente a las consideradas típicas o neurotípicas. Esto incluye condiciones como el TDAH, el Trastorno del Espectro Autista, la dislexia, la dispraxia, el TOC y diferencias en el procesamiento sensorial.
Además, se recuerda que no existe pirotecnia segura ni de bajo riesgo, ya que todas pueden producir lesiones. Los fuegos artificiales y elementos similares pueden provocar quemaduras, daños oculares, asustar y lastimar a los animales, y afectar al ambiente.
Por último, se destaca que al menos el 25% de los accidentados son espectadores, y que los niños son cerca del 50% de las víctimas, siendo el grupo de 10 a 15 años el más afectado, con alrededor del 40% de las lesiones en la cabeza.












