La decisión del presidente boliviano Rodrigo Paz de eliminar abruptamente el subsidio a los combustibles ha desatado una crisis económica en el país. La medida, tomada con el objetivo de sanear las finanzas públicas, ha generado un fuerte aumento en los precios de los boletos de autobús y ha impactado en el costo de prácticamente todos los bienes y servicios.
Adrián Coria, un joven emprendedor de 19 años que había construido un negocio minorista de ropa en TikTok gracias a los viajes en autobús baratos, se ha visto obligado a moverse en bicicleta para no fallar a sus clientes. "Me tuve que mover en bicicleta para no fallar a mis clientes", relató Coria en una entrevista desde La Paz.
Según el gobierno, la medida podría ahorrar a Bolivia US$ 3,500 millones en 2026 y ayudar a frenar el drenaje de sus reservas. Sin embargo, tiene un costo muy alto para los ciudadanos de una de las naciones más pobres de América Latina. "Esto no tiene que ver con presión social, aquí no se miden costos políticos", dijo el ministro de Hacienda, José Gabriel Espinoza.
La inflación de Bolivia alcanzó un pico de casi 25% en julio, su nivel más alto en más de 30 años, y el combustible más caro impacta el costo de prácticamente todos los bienes y podría agravar aún más el alza en precios. Esto ha generado un estallido de pánico y agitación social, con largas filas en las estaciones de servicio y en los comercios, mientras los taxistas bloqueaban calles.
Ante la crisis, el gobierno ha anunciado medidas como un aumento del 20% en el salario mínimo, mayores bonos para estudiantes y jubilados, y un programa de transferencias directas a las familias más vulnerables. Sin embargo, expertos advierten que la ejecución y confianza en estas medidas serán decisivas para evitar que el comportamiento precautorio de la población amplifique el impulso inflacionario.
Mientras tanto, diversos sectores, como choferes de autobuses, mineros y sindicatos, han anunciado protestas para exigir que el gobierno dé marcha atrás a la medida. Aún no está claro si la oposición será lo suficientemente fuerte como para obligar al gobierno a reconsiderar, pero lo que sí es claro es que la eliminación del subsidio a los combustibles ha desatado una crisis económica que tendrá un alto costo para los bolivianos.
