China, la nación asiática, ha dado pasos agigantados en la lucha contra el cambio climático mediante una impresionante campaña de reforestación a gran escala. Un estudio publicado en la revista Earth's Future revela que en los últimos 20 años el país ha logrado importantes cambios en la cobertura terrestre y la distribución del agua dulce, lo que ha permitido reconstruir los ecosistemas y reiniciar el ciclo del agua.
La clave de este éxito se encuentra en la Gran Muralla Verde, un proyecto iniciado hace más de 45 años para evitar la expansión de los desiertos. Gracias a esta iniciativa, China ha pasado de tener un 10% de cobertura forestal en 1949 a un 25% en la actualidad. Además, programas como "Granos por Verde" y "Protección de Bosques Naturales" han contribuido a transformar tierras de cultivo en bosques y proteger los bosques primarios.
Según el coautor del estudio, Arie Staal, la reforestación ha sido fundamental para desplazar el agua a través de la evapotranspiración, especialmente en los bosques, donde los árboles pueden acceder al agua incluso en épocas de sequía gracias a sus profundas raíces.
China ha demostrado que la reforestación a gran escala puede ser una poderosa herramienta para combatir el cambio climático. Al reconstruir los ecosistemas y reiniciar el ciclo del agua, el país asiático se ha posicionado como un líder mundial en la lucha contra la degradación de la tierra y la desertificación. Estos esfuerzos son un claro ejemplo de cómo la acción decidida y a gran escala puede hacer una diferencia significativa en la preservación del medio ambiente.
