Ante los múltiples problemas que ha enfrentado el proceso de las elecciones generales del pasado 30 de noviembre en Honduras, el analista Luis León señaló que el país necesita retirar a los partidos políticos la responsabilidad del conteo de votos, para evitar que cada cuatro años los comicios sean empañados por denuncias de "fraude".
Para León, hace falta una nueva ley electoral que restaure la confianza en el sistema electoral hondureño. Los entes electorales del país, integrados por representantes de los partidos mayoritarios, han perdido credibilidad entre la población debido a que todos los comicios, desde que el país retornó al orden constitucional en 1980, han sido salpicados por denuncias de "fraude", pese a algunos avances orientados a la transparencia.
Esta situación se ha mantenido en las elecciones generales del 30 de noviembre pasado, cuyos resultados aún no se conocen debido a un escrutinio especial de 2.792 actas con inconsistencias, que comenzó con cinco días de retraso en un ambiente de incertidumbre y suspicacia, además de tenso y agresivo en el Centro Logístico Electoral (CLE), según denuncias de las consejeras Ana Paola Hall (presidenta del Consejo Nacional Electoral, CNE) y Cossette López.
El analista Josué Murillo indicó que los partidos y la institucionalidad "nos han fallado miserablemente a lo largo de esta contienda electoral". La legitimidad del escrutinio especial dependerá de que el ente electoral actúe con "celeridad, rigurosidad técnica y sin interferencias políticas", lo que permitirá que quien asuma la Presidencia lo haga respaldado por "el voto del soberano" y "no por componendas políticas ni triquiñuelas".
Aunque el Partido Libre, cuyo coordinador es el expresidente Manuel Zelaya, "no reconoce" los resultados de las elecciones, la presidenta hondureña, Xiomara Castro, aseguró que "respetará" al ganador que oficialice el CNE y adelantó que la transición, prevista para el 27 de enero de 2026, se realizará de manera "pacífica".
