Karina Milei, la poderosa hermana del presidente Javier Milei, ha dado un golpe de autoridad en las últimas semanas al consolidar su influencia en la Justicia y el Gobierno a través de una serie de jugadas estratégicas.
Luego de haber dejado atrás los objetivos iniciales de 2025, que incluían la expansión nacional de La Libertad Avanza (LLA) y la victoria electoral del oficialismo, Milei se ha enfocado en blindar al partido y desligarse de los avances en la investigación por presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).
En este contexto, fue clave para Milei y su mano derecha, Eduardo "Lule" Menem, asegurarse una primera victoria con los nombramientos en el Consejo de la Magistratura. Lograron colocar a dos operadores clave: el diputado cordobés Gonzalo Roca, quien había dado un golpe en las elecciones de medio término, y el viceministro de Justicia Sebastián Amerio, a quien los Menem y la propia Milei observaban de cerca.
Pero la jugada maestra de Milei llegó con la designación de los tres nuevos integrantes de la Auditoría General de la Nación (AGN) durante la sesión por el Presupuesto 2026 en la Cámara de Diputados. Allí, su apoderado en la Justicia, Santiago Viola, logró colocar a Rita Mónica Almada por LLA, Juan Ignacio Forlón por el peronismo y Pamela Calletti por Innovación Federal.
Esta maniobra le valió a Milei el grito en el cielo del titular de la bancada PRO, Cristian Ritondo, quien denunció que se trató de un acto anticonstitucional y anunció que judicializarán la acción. Sin embargo, poco le importó a la figura empoderada de Milei, quien completó así su segunda gran jugada en diciembre y le garantizó por ocho años a su partido una silla cotizada para colocar alfiles que cuiden sus intereses en temas clave para la administración "libertaria".












