El artículo analiza la situación política y social en Perú, tomando como referencia los acontecimientos recientes en Chile. El autor advierte que, al igual que en Chile, en Perú se vive una "mala gestión pública" mientras se enfocan en las "buenas cifras macro", sin atender las "enormes desigualdades" que pueden generar violencia en el futuro.
El texto recuerda que, en Chile, a pesar de ser un país con un alto índice de desarrollo humano y mejores servicios públicos que Perú, las protestas sociales estallaron en 2019 por el aumento del pasaje del metro. La gente se manifestó porque, si bien estaban mejor que muchos, sentían que otros chilenos tenían "muchísimo más" y esa desigualdad hería su dignidad.
Según el autor, la solución no estuvo en cambiar la Constitución, como proponía la izquierda, sino en implementar políticas públicas eficaces. Señala que el fracaso de la Asamblea Constituyente, controlada tanto por la izquierda como por la derecha, se debió a que no buscaron el consenso y, en su lugar, impusieron sus propias ideas.
El articulista advierte que en Perú se vive una situación similar, con "años de mala gestión pública" y "enormes desigualdades que hieren y producirán violencia". Advierte que el riesgo de las próximas elecciones es ofrecer "medidas populistas que generan la ilusión de alivio, pero que será peor cuando se descubra que no funcionan". Esto, dice, podría alimentar "más frustración y violencia".
Finalmente, el autor concluye que, al igual que en Chile, en Perú se necesitan "consensos y políticas públicas eficaces" para evitar que la "inseguridad" provenga no solo de las bandas criminales, sino también de la propia ciudadanía.












