El Gobierno de Venezuela denunció este sábado que Estados Unidos interceptó un segundo buque privado que transportaba crudo venezolano en el mar Caribe, calificando el hecho como un acto de "piratería" y "robo y secuestro" por parte del país norteamericano.
Según un comunicado del Ejecutivo chavista, el petrolero interceptado no formaba parte de la lista de embarcaciones sancionadas por Washington, lo que convierte esta acción en un "grave" hecho que "no quedará impune". Caracas aseguró que ejercerá "todas las acciones correspondientes" a nivel internacional, incluyendo una denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta es la segunda vez en menos de dos semanas que EE.UU. confisca un barco que transportaba crudo venezolano en aguas del Caribe. La semana pasada, la Guardia Costera estadounidense interceptó el buque Skipper y se apoderó de su cargamento.
Según el Gobierno de Donald Trump, estas operaciones buscan "perseguir el movimiento ilícito de petróleo sancionado que se utiliza para financiar el narcoterrorismo en la región". Sin embargo, Caracas denunció que se trata de "un acto de piratería" y "un modelo colonialista" que "fracasará y será derrotado".
En este contexto, el ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, informó que Irán ofreció a Venezuela su "cooperación en todos los ámbitos" para hacer frente a "la piratería y el terrorismo internacional" de Estados Unidos.
Por su parte, Venezuela solicitó una reunión de urgencia al Consejo de Seguridad de la ONU, que tiene previsto abordar la situación del país suramericano el próximo martes 23 de diciembre.
Esta escalada de tensión entre Caracas y Washington se produce en un momento en que el Gobierno de Trump ha intensificado en las últimas semanas su presión sobre Venezuela, ordenando un bloqueo total a la entrada y salida de petroleros sancionados.
