En una contundente declaración, Rixi Moncada, consejero electoral del oficialista Partido Libre en Honduras, se negó rotundamente a validar los resultados de las recientes elecciones presidenciales, calificándolos de "fraude" e "intervención extranjera".
Durante una conferencia de prensa, Moncada aseguró que no existe "ninguna circunstancia" que lo obligue a firmar una declaratoria "fraudulenta" sobre los resultados electorales, cuyo plazo vence el próximo 30 de diciembre. "Mi función es representar al pueblo hondureño, no a intereses de gobiernos o actores extranjeros", enfatizó.
El consejero cuestionó con dureza los pronunciamientos y sanciones provenientes de Estados Unidos, calificándolos como una "injerencia directa" en el proceso electoral. "El fraude ha estado a la vista de todos, aunque las misiones de observadores internacionales quieran ocultarlo o maquillarlo", remarcó.
Moncada exigió un conteo voto por voto de las 19 mil 167 urnas a nivel presidencial, debido a las "evidentes discrepancias" entre el número de electores y las cifras consignadas en las actas de votación. Además, denunció fallas constantes y caídas en el sistema de transmisión de resultados electorales preliminares (TREP), lo cual, a su criterio, "debilitó la transparencia del proceso y abrió espacio para la manipulación".
"Aunque me lleven a ese pleno (de los tres consejeros del CNE) a punta de bala, me van a hacer validar un fraude", subrayó el magistrado, quien enmarcó a la del 30 de noviembre como la elección "más sucia y menos transparente" en la historia de Honduras.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras está integrado por las tres fuerzas políticas mayoritarias: los partidos Nacional y Liberal, de centroderecha, y el izquierdista Libre, del actual gobierno. En este contexto, la negativa de Moncada a validar los resultados pone en jaque el proceso electoral y abre un escenario de incertidumbre en el país centroamericano.












