Las más recientes condenas a los jóvenes Gabriel Rodríguez, Rafael Tudares y el dirigente político Luis Istúriz en Venezuela reiteran la "instrumentalización" de la justicia para la represión política, según denuncian desde la organización Justicia, Encuentro y Perdón.
Estos casos forman parte de un patrón de sentencias "ejemplarizantes" que buscan castigar y desalentar la disidencia en el país, en medio de un sistema judicial fuertemente controlado por el gobierno de Nicolás Maduro.
Gabriel Rodríguez, un adolescente de 17 años, fue condenado a 10 años de prisión por participar en protestas antigubernamentales. Rafael Tudares, quien lleva más de un año detenido, fue sentenciado a 22 años de cárcel. Por su parte, el dirigente político Luis Istúriz recibió una pena de 8 años y 6 meses de prisión.
Desde la organización Justicia, Encuentro y Perdón señalan que estos casos "reiteran la 'instrumentalización' de la justicia para la represión" en Venezuela. Afirman que las condenas tienen un carácter "ejemplarizante" y buscan "castigar y desalentar la disidencia" en el país.
Los expertos coinciden en que el sistema judicial venezolano se ha convertido en una herramienta del gobierno de Maduro para perseguir y silenciar a la oposición política. Las sentencias desproporcionadas y carentes de garantías procesales forman parte de esta estrategia de represión.
"Estas condenas son claramente políticas y buscan enviar un mensaje de miedo a cualquiera que se atreva a manifestarse en contra del gobierno", afirma José Gregorio Guarenas, abogado y defensor de derechos humanos.
La organización Justicia, Encuentro y Perdón ha denunciado reiteradamente la "instrumentalización" de la justicia en Venezuela para acallar voces críticas. Estos nuevos casos se suman a un historial de abusos y violaciones a los derechos humanos perpetrados por el sistema judicial bajo el control del régimen de Maduro.
Los expertos advierten que, mientras persista esta dinámica de persecución política a través de la justicia, será cada vez más difícil lograr una salida democrática a la crisis que vive Venezuela.
