El nuevo secretario de Minería de Salta, Gustavo Carrizo, asumió con un claro mensaje de acelerar la actividad minera en la provincia sin perder el control ambiental. En sus primeras declaraciones, Carrizo anticipó una gestión con fuerte presencia en territorio, plazos más cortos para aprobar proyectos y una apuesta estratégica por la exploración como clave para el futuro productivo de Salta.
Uno de los ejes centrales de su plan de trabajo será el cambio en la dinámica administrativa. Carrizo adelantó que ya puso en marcha una agenda bimestral por proyecto, con objetivos claros y seguimiento directo, dejando atrás la lógica de expedientes que "van y vienen" sin definición. "No voy a mandar ningún expediente para que espere meses. Nos juntamos los equipos técnicos y lo resolvemos acá en el escritorio. Eso puede demorar 48 horas, no mucho más", aseguró.
Este enfoque ágil se complementa con una fuerte presencia en territorio. En sus primeras 48 horas de gestión, Carrizo ya había estado en proyectos mineros y anunció una agenda intensa de visitas a campamentos y zonas operativas, convencido de que "no es lo mismo que estar allá, hablar con la gente y transmitirles el camino que queremos desde el Gobierno".
Uno de los reclamos históricos del sector minero, los tiempos de aprobación de los Estudios de Impacto Ambiental, también ocupa un lugar central en la agenda del nuevo secretario. Carrizo fue directo: la demora en definiciones puede dejar a la provincia fuera del radar inversor. "Hay ventanas de inversión que no podemos desaprovechar. Necesitamos estas inversiones y tenemos que dar respuestas a tiempo", señaló.
En ese marco, planteó una coordinación mucho más estrecha entre Minería, Ambiente y las empresas, con mesas de trabajo conjuntas que permitan resolver observaciones sin dilaciones innecesarias. "Compatibilizar desarrollo y ambiente no significa frenar proyectos, sino ordenarlos y controlarlos mejor", afirmó.
Uno de los proyectos prioritarios en la gestión de Carrizo es Taca Taca, que tras un período de demoras entró en una fase de definiciones clave. El funcionario confirmó que la iniciativa -por su escala e impacto económico- es una prioridad absoluta y que ya se han realizado reuniones con la empresa y el secretario de Ambiente para acelerar el proceso.
Más allá de los proyectos en producción y en construcción, Carrizo dejó una definición estratégica que marca su mirada de largo plazo: el futuro minero de Salta está en la exploración. "Se los dije a las empresas: no se ofendan, pero ustedes no son el futuro. El futuro lo van a constituir las exploraciones", afirmó.
Según el secretario, la Puna salteña sigue ampliamente inexplorada y concentra un potencial geológico que puede garantizar empleo, infraestructura y desarrollo durante décadas. Para eso, adelantó la creación de una mesa exploratoria con todos los actores del sector, con el objetivo de ordenar inversiones, información geológica y planificación de largo plazo.
Con una agenda cargada, definiciones rápidas y un mensaje claro hacia el sector, Gustavo Carrizo inició su gestión con la promesa de acelerar la minería salteña sin perder control ambiental. En ese esquema, Taca Taca aparece como el proyecto testigo de una nueva etapa, mientras la exploración se perfila como la apuesta estructural para el futuro productivo de la provincia.











